Realizar entrenamientos de atletismo en la montaña no solo es un principio de variabilidad, sino que reducirá las molestias que puede dejar el asfalto.
Los beneficios físicos y mentales se derivan del cambio de escenario, principalmente por los problemas de ruido, contaminación y riesgo de accidentes que están presentes en las calles de las distintas ciudades. 
“La montaña nos brinda un estímulo diferente, además el impacto es menor pues no hay un rebote tan brusco como sucede en el asfalto”, aseguró el entrenador de atletismo, Federico Mora.
Por otra parte, es una oportunidad para cambiar el paisaje y disfrutar de la naturaleza. Los expertos siempre han recomendado cambiar constantemente nuestras rutas de corrida, no solo por un asunto de diversidad sino hasta de seguridad.
Asimismo, hasta tendremos una mejor recepción de aire. Pues, si vamos a correr a zonas alejadas, disfrutaremos de ese “olor” a bosque y nos alejaremos de la contaminación ambiental que hay en las ciudades.
Evite los riesgos
Correr en la montaña también tiene sus riesgos. Un tronco o un terreno resbaladizo pueden generarnos problemas.
Ante esto, el experto Mora tiene su recomendación.
“Lo mejor es adquirir unas tenis especiales para campo traviesa; nos darán agarre y protección al pie”, finalizó.

• Libertad: el ambiente montañero, nos ayuda a sentir en su máximo esplendor, disfrutando de la naturaleza como medio de ambiente natural.
Al correr en solitario experimentamos sensaciones que al entrenar por la ciudad no seriamos capaces de vivir las sensaciones que nos brinda la naturaleza, motivo más que razonable para conservarla tal y como nos la encontramos.

• Romper la rutina: entrenar a diario por la ciudad, que nos brinda muchas opciones pero que a la larga se nos pueden convertir en rutinarias, pero tener la oportunidad de trasladar los entrenamientos a la montaña nos puede proporcionar muchos beneficios físicos e incluso en la respiración.

• Aumento de la fortaleza: el terreno de la montaña, suele ser un continuo tobogán, por los diferentes desniveles que podemos encontrarnos.
Los fuertes desniveles nos ayudarán para fortalecer las piernas así como entrenar nuestra técnica de carrera, tanto de subida como de bajada, que solemos descuidar.

• Cambios de ritmo: la sinuosidad del terreno nos obliga a ir rompiendo continuamente los ritmos, anudando a nuestro cuerpo a buscar y lograr una recuperación mucho más rápida, consiguiendo incluso bajar las pulsaciones en reposo.

• Intimidad: correr por la montaña, es sinónimo de intimidad de conocerse a sí mismo, descubriendo las fortalezas y debilidades de cada uno, necesarias para plantear una carrera con alto nivel de exigencia que nos permita disfrutar.